Dicen que los sentidos (indriya) son los caballos y los objetos de los sentidos son su campo de acción. Dicen los sabios que el âtman unido a los sentidos y a la mente es el que goza, se le llama "el que tiene gozos y tribulaciones"
El que carece de buen entendimiento y cuya mente está siempre insegura, no es dueño de su propia vida, semejante al auriga que trata de guiar corceles indómitos.
Pero el que posee buen entendimiento y mente segura, es dueño de su vida, como el cochero que guía corceles dóciles.
El hombre que entiende que la conciencia es el auriga, que está alerta y gobierna las riendas de la mente, alcanza el término de su viaje, el Espíritu Supremo e Imperecedero.
Más allá de los sentidos están los objetos; más allá de los objetos está la mente. Más allá de la mente está el entendimiento; más allá del entendimiento está el Espíritu del hombre (âtman).
Más allá del Espíritu del hombre está el Espíritu del universo (prakriti), lo inmanifestado (avyakta). Más allá de lo inmanifestado está Purusha, el Espíritu Supremo. Nada es superior a Purusha. Él es el fin. Él es la meta Suprema.